ALEA aportó recursos al proyecto de respirador artificial de bajo costo de la UNR que la ANMAT aprobó para que sea utilizado para emergencia por COVID-19 en todo el país.
El pasado 15 de abril, antes de que se cumpliera el primer mes del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la Junta Directiva de ALEA, con la firme intención de contribuir a paliar alguna de las diversas dificultades por la pandemia por el COVID-19, concretó la donación del equivalente a U$S 10.000 a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para dos proyectos de Respiradores Artificiales de bajo costo que, entre otros, desarrollaba la Facultad de Ingeniería, según la Ley 23.877 de Promoción y Fomento de la Innovación Tecnológica (más info).
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) habilitó el ventilador de transición con afectación específica para la atención de la emergencia por COVID-19, llamado UnRespiro, desarrollado por la Universidad Nacional de Rosario y la empresa local Inventu.
La noticia causó alivio en el marco de la emergencia sanitaria y no tardó es difundirse, destacando que se trata de un proyecto solidario, de código abierto, que ya cuenta con más de 150 equipos funcionando en distintas partes del país.
‘Estamos muy contentos de alcanzar el objetivo que nos planteamos en marzo que para nosotros sintetiza lo que debe ser la Universidad Pública: producción de conocimiento científico, ciencia rosarina al servicio de la gente, sobre todo en los momentos que más se necesita’, destacó el rector Rector de la UNR Franco Bartolacci.
Más de 150 equipos funcionando en el país
Respecto del respirador, ideado para la emergencia, detalló Bartolacci sus características: costo reducido (oscila entre un 30 o 40 % del valor de un respirador convencional en el mercado), de fácil uso, rápida escalabilidad en términos de producción y con código abierto, es decir, puede reproducirse donde sea necesario.
Simón Carpman, integrante de INVENTU, subrayó que si bien se habían conseguido habilitaciones provinciales faltaba la de nivel nacional, que posibilita que el ventilador pueda desarrollarse en cualquier parte del país. ‘Trabajamos muy fuerte en lo que era la validación del equipo, por más que en algunas provincias ya lo hayan comenzado a producir. En la actualidad hay más de 150 equipos funcionando en distintos rincones del país’.
También informó que el producto es muy seguro y que la validación nacional fue posible gracias al trabajo intensivo, en tiempo récord a causa de la emergencia sanitaria. ‘Desde el vamos pensamos desarrollar estos respiradores con el objetivo de que no falten en ningún lado, por eso es un proyecto solidario y de código abierto. El proyecto tomó escala internacional porque ya se están solicitando en otras partes del mundo, como por ejemplo en Chile y Perú’, amplió Carpman.
El Rector agradeció al equipo de INVENTU; a los profesionales de la salud que colaboraron con el proyecto; de las autoridades y docentes de la Facultad de Ingeniería; el acompañamiento de las autoridades nacionales, provinciales y municipales; y de actores del sector productivo local y privado regional y nacional que colaboraron con el desarrollo; entre otros.
Los miembros de ALEA, de los organismos reguladores de los juegos de azar de las 24 jurisdicciones de nuestro país y de las empresas que proveen de servicios a la industria, forman parte de esa red que aportó al proyecto que hoy es una realidad y ya fortalece al sistema sanitario en el marco de la pandemia por el coronavirus.
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